Es un tipo de interés que establece el Banco Central de Nueva Zelanda, partiendo del cual otras entidades financieras (bancos comerciales) fijan sus intereses para los préstamos y depósitos. La tasa de interés es una de las herramientas más importantes que permite regular la economía del país. En particular, las cuestiones de los ritmos del crecimiento económico y presión inflacionaria se regulan precisamente con la tasa de interés. La reacción del mercado a las tasas de interés es una de las más fuertes.