Este indicador muestra el optimismo de los consumidores respecto a las condiciones económicas actuales en Australia. Se calcula a base de una encuesta mensual en la que sus participantes evalúan las perspectivas económicas del país. Ejerce una influencia moderada en el mercado financiero, ya que puede no reflejar el estado real de la economía en el país. No obstante, el índice de confianza de consumidores se utiliza tradicionalmente para pronosticar las tendencias de ocupación de la población y el estado general de la economía. El crecimiento del indicador es un factor positivo para la moneda nacional. Su disminución, al contrario, lleva a la bajada del dólar australiano.